Si vas a celebrar un contrato de alquiler, debes saber todas las partes y cláusulas que lo constituyen. De esta manera, el documento será legal y te evitarás problemas a futuro con el inquilino de la vivienda. El contrato de alquiler es obligatorio para poder ceder el uso y disfrute de un inmueble a una persona, a cambio de un pago periódico.
¿Qué es un contrato de alquiler?
El arrendamiento es una figura en la que el propietario de un inmueble (arrendador), cede el uso y disfrute de dicha casa a otra persona (arrendatario), para que viva en ella de forma habitual; para ello debe haber un importe o renta periódica. El arrendatario adquiere la obligación de pagar dicho importe, pero a cambio obtiene la casa para su uso temporal.
Para que esto puede ocurrir, es indispensable que las partes celebren un contrato de alquiler. En este documento, que debe firmarse antes de la entrada al domicilio, se establecen todas las cláusulas y condiciones para que el alquiler pueda llevarse a cabo.

¿Cuáles son las características del arrendamiento?
El contrato de alquiler debe ser consensual, pues está basado en la libre voluntad de las partes y con esto es suficiente. Además, el alquiler es bilateral; es decir, participan dos partes: arrendador y arrendatario. Un contrato de arrendamiento es temporal, pues se establece un período de tiempo específico para la duración del mismo. Los plazos del arrendamiento los establecen las partes contratantes según su conveniencia y deben respetarse. Por último, el alquiler es oneroso, pues hay un intercambio económico de por medio; esta es la renta.
Por último, el contrato de arrendamiento puede ser transmisible si se permite la figura del subarriendo parcial de la propiedad; también puede desprenderse de el la opción a compra, incluir arras, entre otras.
Partes del contrato de alquiler
Identificación de las partes
En las primeras cláusulas se debe identificar a las partes contratantes. Esto se hace presentando la identificación en vigor de cada una de ellas.
Identificación de la propiedad
El inmueble a alquilar debe identificarse bien en el contrato. Aquí aparece la dirección e incluso algunas personas optan por poner la referencia catastral. Además de incluir la dirección debe detallarse cómo es el mismo y las condiciones en las que se entrega. Por ejemplo, si es un inmueble que recién se ha reformado y cuenta con cierto número de habitaciones, uno o dos aseos, etcétera. Y, por supuesto, si está en un primer, segundo piso o entreplanta.
En este mismo apartado se describe el inmueble detalladamente y se agrega una lista del continente del mismo, es decir, con todo lo que está dentro de el. Puedes ser muy detallado y poner que cuenta con un salón comedor con tantos muebles; con una cocina de tal estilo, los electrodomésticos que incluye, etcétera. Generalmente se toman fotografías y/o vídeo y se incluyen como anexo al final del contrato.
Pago y fianza
En el contrato de alquiler una de las cláusulas más importantes es la relativa al pago. Es decir, el alquiler mensual que el arrendatario tendrá que hacer al arrendador por la propiedad. En este apartado de especifica el importe a pagar, así como la forma de pago (transferencia, depósito o metálico); y qué incluye dicho precio. Si en la renta se incluyen o no los suministros y cuáles sí.
Ten en cuenta que este precio no puede modificarse ni subirse una vez firmado el contrato y hasta que se acerque el plazo de vencimiento del mismo, en caso de querer renovarlo.
A la firma del contrato se entrega la fianza que suele ser de un mes de alquiler y que puede o no devolverse al finalizar el arrendamiento.
Duración y terminación del contrato de alquiler
La ley no es estricta en lo que a duración se refiere: las partes pueden decidir el plazo que más les convenga. Pero es obligatorio establecer dicho plazo y si se permitirá o no, a futuro, hacer una prórroga del alquiler. En estos casos, establecer con cuánta antelación se avisarán las partes si desean continuar con dicho contrato y determinar que se hará la revisión de la renta transcurrido este tiempo.
Terminación del contrato
En las cláusulas deben especificarse los motivos que darían fin al contrato de arrendamiento. Puede ser por la mera extinción del mismo al concluirse el plazo y si ninguna de las dos partes desea prorrogar el contrato. También se establecen supuestos como impago, mal comportamiento por parte del inquilino, entre otros.
Es importantísimo que el arrendador establezca una cláusula que le permita recuperar la vivienda, concluido el primer plazo del contrato, en caso de necesitarla para él o para sus familiares directos. En estos casos, el propietario puede pedir la restitución de la vivienda y es obligatorio que entre a vivir en ella en un plazo de tres meses; de no hacerlo, el inquilino puede pedir una indemnización y la restitución de la propiedad.
En el caso del inquilino, este puede abandonar la propiedad a los seis meses de haber ingresado en ella. Si marcha antes de esos seis meses, entonces deberá pagar una indemnización al propietario por incumplimiento de contrato.

Obligaciones de las partes
Además del pago del alquiler, el inquilino adquiere otras obligaciones. Por ejemplo, la conservación de la vivienda en perfecto estado; el no subarriendo de la propiedad a terceras personas, restituir la propiedad cuando llegue el tiempo establecido, no hacer obras ni reformas sin el consentimiento del propietario y pagar los suministros de electricidad, gas y agua.
El propietario se compromete a hacer reparaciones, en caso de ser necesario, para que la vivienda sea siempre habitable. Tampoco puede presentarse sin previo aviso a la propiedad, ni subir el alquiler o pedir el desahucio sin causa justificada.