Como bien sabemos, ahora que es noticia y está en boca de todos, la luz ha experimentado la mayor subida desde hace muchos años atrás. La pregunta que ahora llega a nuestro centro de interés es ¿Cómo afectará la subida de la luz al precio del alquiler? Te lo contamos a continuación.
El precio del alquiler
El precio del alquiler tiene muchos factores que determinan el coste del arrendamiento de la vivienda, que pueden variar a lo largo del año y del tiempo. Y algunos de ellos son susceptibles a variar el precio final que paga el inquilino por el inmueble.
Lo primero que debemos hacer es prestar atención a las cláusulas del contrato de arrendamiento. Principalmente en estos contratos manda el libre acuerdo que se haya establecido entre el arrendador y el arrendatario, pero en muchos de ellos el IPC también es influyente.
Por ejemplo, en el pasado 2020 hubo un IPC negativo, y por ello según las cláusulas acordadas, podría haber bajado el precio de la vivienda, pero puede darse también el caso en el contrato de que el IPC solo suponga un incremento en el precio cuando este impuesto suba, y no una bajada.
La subida de la luz
Por otro lado, hablamos de la subida de la luz. Un gasto que afecta absolutamente a todo el mundo, ya que, aunque coloquialmente se hable de “subida de la luz”, hablamos en realidad de una subida en el precio de la energía en general.
Esta subida a tenido lugar estableciendo dos periodos de potencia contratada y tres de energía. Esto se ve reflejado en la parte variable de la factura de la luz, y hará que haya una subida generalizada en los precios, pero también posibilitará un gran ahorro si se utilizan los periodos en favor del usuario.
Dentro de los contratos de alquiler, hay mucha diversidad en cuanto al pago de gastos, calefacción central, gastos incluidos en el precio del inmueble independientemente del uso de la energía y la potencia contratada. Es en este punto donde vamos a poner especial interés.

La subida de la luz en el precio del alquiler
Vamos a establecer tres categorías de contratos de arrendamiento que suelen ser los más comunes.
Contrato de alquiler sin gastos incluidos
Este es el tipo de contrato de arrendamiento es el más común, aquel en el que de forma mensual, trimestral o semestral (como se establezca previamente en el contrato con el arrendador) se hace un pago de los gastos generados en este tiempo. El inquilino es el que paga el total de los gastos, además del arrendamiento del inmueble, esto puede variar cada periodo en función de la energía utilizada. Normalmente los meses de verano suelen tener un gasto menor, debido a un menor uso de calefacción, gas, agua caliente… y también teniendo en cuenta periodos vacacionales, y que se permanece más tiempo fuera de la vivienda. En este caso el precio del alquiler no debería verse afectado por la subida del precio de la energía, ya que hablamos de gastos paralelos e independientes que no tienen porque converger en ningún momento.
Contrato de alquiler con comunidad y calefacción central
Cada vez es menos común tener delante este tipo de contratos, debido a que la calefacción central está empezando a desaparecer y en su lugar están empezando a individualizar los contadores. Pero aún hay casos donde en el precio de la vivienda, va incluida la calefacción central y comunidad.
En este caso el contrato y su precio de arrendamiento sería revisable, pues en función de la potencia contratada por la comunidad y el gasto general, podrá experimentarse una subida del precio muy notable.
Contrato con todos los gastos incluidos
En este caso, el menos común de los contratos. Pero a pesar de esto, aún hay contratos de arrendamiento con un precio fijo que incluye todos los gastos. Es en este tipo de contratos en los que seguramente el precio del inmueble se vea afectado por la subida de la luz. Pues estamos hablando de una gran variabilidad de hacer labores que necesiten energía a unas u otras horas.
Si es tu caso este último, revisa tu contrato de arrendamiento, por ver si se contemplan este tipo de modificaciones.