¿Quién paga la revisión del gas butano en un alquiler?

La revisión del gas butano es de suma importancia para la vivienda. Se trata de un trámite obligatorio y que garantiza la seguridad del hogar, en cuanto al uso de dicho combustible. Pero, cuando se tiene una vivienda en alquiler, es común que surjan dudas respecto de quién debe afrontar los gastos de dicha inspección, ¿corresponde al arrendador o al arrendatario?

Todo lo que necesitas saber sobre la revisión del gas butano

La revisión del gas butano es un trámite obligatorio a cumplir por todos los propietarios de una vivienda en la que se utilice gas butano como combustible. Esta inspección técnica, ayuda a garantizar que los niveles de seguridad de un inmueble son los más adecuados en cuanto al uso de dicho combustible, ya sea que se emplee para generar calor o para proporcionar agua caliente a los habitantes de una vivienda. La inspección debe hacerse una vez cada cinco años, para los casos de inmuebles; cada cuatro años, en el caso de las autocaravanas.

La revisión garantiza la seguridad en el hogar

La obligatoriedad de dicha inspección se encuentra dispuesta en los artículos 1554.2 del Código Civil y 21 de la Ley de Arrendamientos Urbanos. Este artículo, sobre la conservación de la vivienda, además, establece que es precisamente el arrendador el que debe correr con los gastos de dicha inspección. En el primer punto del artículo se recoge que es el propietario de la vivienda quien está en la obligación de realizar todas las reparaciones que el inmueble requiera para garantizar las condiciones de habitabilidad de la misma. Eso sí, para que la revisión se haga, el arrendador debe notificar al arrendatario, con suficiente antelación, sobre la inspección que se hará.

Estas revisiones son independientes al hecho de que las partes hayan acordado que el inquilino se daría de alta como titular de los servicios de suministro de gas del inmueble; tampoco influye quién pague las facturas por dicho suministro. Además, el arrendador no puede cobrar al inquilino por la revisión del gas butano en la vivienda, ni como un pago extra ni incrementando el precio del alquiler. Pero, ¿Esto debería pactarse de manera contractual? De hecho, no se debe de establecer como cláusula dentro del contrato de arrendamiento, según el artículo 6 de la Ley de Arrendamientos Urbanos. Este precepto establece que dicha cláusula, de existir, sería nula pues iría en contra de las bases del arrendamiento.

Pero dicha inspección de gas butano no es necesaria en todos los casos. Las viviendas que cuentan con una única bombona de menos de 15 kilos, conectadas a través de una tubería flexible o acopladas a un aparato de gas, no requieren de esta inspección periódica.

¿Cómo es la inspección?

Aunque sea el arrendador quien deba de correr con los gastos de la revisión del gas butano, puede ser el arrendatario quien solicite la inspección del combustible. Es decir, tanto el arrendador como el arrendatario pueden ponerse en contacto con una empresa especializada en dichas revisiones. Y, por supuesto, aunque el arrendador sea quien pague por la inspección, es el inquilino quien debe dar buen uso al combustible y su instalación.

La revisión gas butano debe hacerse una vez da cinco años

La inspección no toma mucho tiempo en realizarse. El técnico verificará la estanqueidad de la instalación para determinar si esta presenta o no alguna fuga. También comprobará el estado y la conservación de todos los componentes de dicha instalación, así como la adecuada combustión de los aparatos. Pero no solo se encargará de estas comprobaciones. También debe cerciorarse de que la instalación se encuentre en una zona con unas dimensiones mínimas; otro requisito es que la instalación cuente con la ventilación necesaria y que se cumplan con los sistemas de detección de gas, en caso aplicable.

Cuando el resultado sea favorable, el técnico deberá cumplimentar y firmar un certificado de revisión del gas butano. Es recomendable que arrendador y arrendatario guarden una copia de dichos resultados, en caso de necesitarlos en el futuro. Pero, ¿Qué ocurre si los resultados son negativos? En este caso, el técnico deberá hacer un informe de anomalías. El informe se entregará al arrendador que es quien debe de hacer las adecuaciones y mejoras necesarias para que la vivienda sea segura y habitable. De nueva cuenta, los gastos de dichas reparaciones deberán sufragarse por parte del propietario de la vivienda, nunca se deja al inquilino.

Precio de la revisión del gas butano

La revisión del gas butano no tiene un precio fijo establecido, pero puede variar entre los 70 y 80 euros. El importe dependerá de la empresa con la que se solicite dicha inspección; esta puede hacerse con la compañía suministradora o con alguna autorizada para realizar dichas revisiones. La comunidad autónoma en la que se encuentre el inmueble también influye en el precio de la inspección, así como la urgencia con la que se solicite dicha revisión; incrementan la factura los desplazamientos y la complejidad de la misma inspección. También influye en el precio si se solicita una inspección en una fecha en la que el técnico haga otras inspecciones, o si solo acude al domicilio para hacer una única revisión.

Si el técnico encuentra anomalías y puede repararlos él mismo en ese momento, entonces el precio de la revisión también se incrementará. Puede ser que esté en manos del técnico realizar dichas reparaciones, pero también puede ocurrir que se requiera de otro tipo de obras que el propietario de la vivienda deberá afrontar.

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